De la inscripción
romana del puente de Alcántara me he ocupado anteriormente en tres ocasiones, en sendos artículos publicados, respectivamente, en las VI Jornadas del Humanismo Extremeño
(Real Academia de Extremadura, 2008, pp. 87-96) y en la Revista de Estudios Extremeños, 2.011, (t. LXVII, nº 3, pp.
1.163-1.173) y en el Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y de las Artes (t, XIX, pp.277-83) 2.011
Una reciente
averiguación fortuita me obliga a
retomar el tema de la referida inscripción y ha sido la circunstancia,
inesperada, de haber descubierto la huella de un verso de Ovidio en el segundo
verso de la inscripción del puente, que dice:
ars ubi materiā / vincitur
ipsa suā
En este verso
(pentámetro) el autor de la inscripción imita un verso de Ovidio (Her. XVI,
148) El verso ovidiano dice:
et tuă materiā / gloriă victă suā
est
Comparando ambos versos
(pentámetros ambos) apreciamos las características siguientes:
a) el primer
hemistiquio de cada uno de ellos termina con la palabra ‘materia’.
b) el verbo empleado en
el segundo hemistiquio del primer ejemplo (‘vincere’) es el mismo que el
empleado en el segundo hemistiquio del ejemplo segundo, bien que en distintos
tiempos: presente, en el primero, y pretérito perfecto en el segundo. Ambos en
voz pasiva.
c) la palabra ‘materia’
es, tanto en el primer ejemplo como en el segundo, complemento agente de los
verbos en pasiva.
d) ambos ejemplos
plantean la superación, o sobrepujamiento, de una cosa por otra: en el primer
ejemplo, el arte está superado por su propio contenido (‘materia’) que es, en este caso, la divinidad de los dioses y del propio César ('Superis et Caesare plenum') . En el segundo ejemplo es la ‘fama’ la que se coteja con
la realidad a la que esa ‘fama’ está referida.
Existen, pues,
suficientes afinidades entre el verso ovidiano de Heroidas, XVI, 148, y el de
la inscripción de Alcántara. Se puede afirmar con toda seguridad, que el autor
de la inscripción de Alcántara copió a Ovidio en ese verso concreto. Parece
que el autor de la inscripción fue el propio arquitecto que diseñó el puente,
Cayo Julio Lácer, o Lacro.
Si es así, en efecto,
Lácer ha querido imitar en su inscripción la sutileza de Ovidio, al poner en
boca de Paris el elogio de la belleza de Helena.
Paris, como sabemos por
la mitología, fue designado como juez que debía dirimir el pleito planteado por
las tres diosas (dos de ellas, a saber, Venus y Minerva, hijas de Júpiter y, la
otra, Juno, hermana y esposa del mismo). Zeus, Júpiter, se mantuvo neutral,
procurando no intervenir en los pleitos familiares.
El objeto del pleito
era, en este caso, dirimir cuál de las tres diosas era la más hermosa. Cada una de ellas
trató de sobornar al juez con diversas recompensas, si resultaba elegida. Juno
le prometió un extenso reino; Minerva le prometió dotarlo de un valor
extraordinario; y, por último, Venus le prometió el amor de Helena, esposa de
Menelao, rey de Esparta, la más hermosa de las mujeres. Paris optó por este
último galardón. O sea, falló a favor de Venus.
Pero, volviendo al
asunto principal de este artículo, que no es otro que delatar la huella de
Ovidio en el texto de la inscripción de Alcántara, concretamente, en el verso
segundo, se pueden destacar las analogías que ya hemos anticipado en los
diversos apartados.
El punto principal
sobre el que debemos concentrar nuestra atención es determinar qué es lo que se
entiende por la palabra ‘materia’ en el texto ovidiano y en el de la
inscripción. Al parecer, el vocablo ‘materia’ es susceptible de diversas
interpretaciones. En los versos de Alcántara, parece que la palabra alude a las
divinidades (incluida la del César Trajano) que tienen como habitáculo el
templo, o templete, más bien. El arte se subordina a la presencia de estas
divinidades. Dice el primer verso (hexámetro) que ‘el templo en la roca del
Tajo está habitado por los dioses y por el César’. *
En cuanto al verso de
Heroidas, referenciado, los conceptos que se comparan son los de ‘fama’ y
‘belleza’, referidos a la persona de Helena. Paris opina (y no olvidemos el
valor de su criterio, probado en litigios más importantes) que la ‘fama’ (gloria, de Helena) pese a ser grande, no está a la altura de su
‘belleza’ real. Esto es lo que se expresa en el verso:
et tuă materiā / gloriă victa suā est
(y tu fama se ve superada por tu presencia real)***
La fama de Helena
(‘gloria’) se ve superada cuando la comparamos con la presencia material de la
propia interesada.
Se trata, sin duda, de
un artificio retórico. Es, más o menos, lo que va ‘de lo vivo a lo pintado’. Sobre todas las ponderaciones que de su
belleza se hagan, prima la presencia material de la misma Helena.
Así también la
majestuosa presencia de la fábrica, en el puente de Alcántara, prima sobre el
arte mismo que se dice haberlo inspirado.
NOTA: El texto del templete, adoptado por la restauración de Isabel II, no corresponde al texto más aceptable para la crítica (especialmente el pentámetro 4º) ILLIC SE SOLVVNT, HIC SIBI VOTA LITANT. En la redacción más aceptable (la del llamado Anónimo de Turín) ese octavo pentámetro dice ILLIC SE SOLVIT, DIS NISI VOTA LITANT. A este texto corresponde nuestra traducción.
* El César aquí aludido es el emperador
Trajano
** Clicar sobre las imágenes para que la inscripción resulte cómodamente legible
*** Hay un juego adrede sobre la correspondencia de los sustantivos con los adjetivos: 'tua' adjetiva a 'gloria' y 'sua' a 'materia'. Pero la proximidad de 'tua' con 'materia' y de 'gloria' con 'sua' hace pensar en que 'tua' corresponde a 'materia' y 'sua' a 'gloria'. Y no deja de tener sentido que 'gloria' y 'sua' se com-plementen de alguna manera: 'la fama' 'que ellos te atribuyen' ('sua') y la 'presencia material' es la 'tuya'.